La excepción
andando lo que no estaba escrito.
La vida permite y no permite,
la opción es qué se vive,
¿un plan básico? ¿un plan arriesgado?
Haber probado los manjares del espìritu y del cuerpo,
haber vomitado la amargura de las disonancias
que no equilibraron ni con la enzima adecuada,
ni con célula que lo resisitiera.
Seguir con los caminos que quedan
y con la energía que pareciera es demasiada para el tiempo que queda.
No faltan las sorpresas y las excepciones,
esas que nos dejan sentados en una piedra
tratando de ordenar lo andado
pero nunca desandar, nunca desandar.
¿Serà verdad lo de la luz al final de túnel?
esa que nos empuja suavemente y con paz a entrar
de donde nadie a vuelto para contar.
¿Será verdad?
La muerte siempre es la excepción de todas las cosas,
ese detalle no planificado y que no se puede desandar.
Nos sorprenderà con o sin energía
y no habrá piedra para descansar y esperarla.
¿Veré esa luz?
¿Será tan dulce?
Habrá que esperar la excepción.
Sin saber cuando llega.
Es la gracia...