UNA IMAGEN ME HABLÓ Y LA ENCERRÉ EN ESTA FOTOGRAFÍA

La excepción



Andando lo que debo andar,
andando lo que no estaba escrito.
La vida permite y no permite,
la opción es qué se vive,
¿un plan básico? ¿un plan arriesgado?
Haber probado los manjares del espìritu y del cuerpo,
haber vomitado la amargura de las disonancias
que no equilibraron ni con la enzima adecuada,
ni con célula que lo resisitiera.
Seguir con los caminos que quedan
y con la energía que pareciera es demasiada para el tiempo que queda.


No faltan las sorpresas y las excepciones,
esas que nos dejan sentados en una piedra
tratando de ordenar lo andado
pero nunca desandar, nunca desandar.


¿Serà verdad lo de la luz al final de túnel?
esa que nos empuja suavemente y con paz a entrar
de donde nadie a vuelto para contar.
¿Será verdad?
La muerte siempre es la excepción de todas las cosas,
ese detalle no planificado y que no se puede desandar.
Nos sorprenderà con o sin energía
y no habrá piedra para descansar y esperarla.


¿Veré esa luz?
¿Será tan dulce?
Habrá que esperar la excepción.
Sin saber cuando llega.


Es la gracia...

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Juegos


¿Qué habrá pasado con mis juegos?

Aquellos que llenaron todo mi tiempo de vida infantil.
Aquellos que tuve la suerte
llenaron mi saco de experiencias.
No con tristezas,
no con ausencias,
sí con juegos,
todos los que pude acumular.
Gracias.

Desde la mañana me preguntaba si estaría el sol
acompañando mi patio gigante de pasto y árboles,
mi calle con amigos esperando la aventura del día,
mi bicicleta dispuesta a esperar a donde la llevaría
con un nuevo mapa de ruta.
¿sería la ciudad a lo lejos?
¿sería mi escuela en fin de semana?
¿sería ese amor infantil de cartitas sin mandar?


Dónde está mi juego de madera construído entre primos,
que nos llevaba a mundos no reales,
todos locos sobres ruedas de maderas,
todos locos, riendo,
todos idos del mundo de los adultos ,
tan aburrido e incomprensible,
tan planificado y sobrio.
Era mejor el juego de madera construido por todos,
desde la ingeniería de lo que nos brindaba el sueño,
el sueño que te permite el ser niño, niña.


Recuerdo ese mundo,
que aunque precario y con un vacío en el estómago,
por el hambre o el alimento poco,
pues subía por encima el juego colectivo entre todos.
Bastaba la alegría y la risa por la cosquilla del mareo infantil
para olvidar que había necesidad.
¿Que podríamos necesitar?
Si estabamos todos en una histeria colectiva
de ensueños y risas
que nos absorvía la vida misma de ser,
niños,
niñas.


¿Donde estará ese juego de madera?
Patricio, Rodolfo,
Roberto, Marisol,
Estrella, Victor.
Jimena, Patricio.
Alejandra.
¿Dónde están?
Qué tal si un día
revolucionamos la adultez
y nos embarcamos en el juego de madera,
ese de antaño,
y nos juntamos todos a reir,
a invalidar a los que se creen grandes.
A enseñarles
a reir,
a reir.


Sí!!!!
A jugar ,
a reir.

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Rodrigo Presente!!!


(Foto de blogspostelfuegoypalabra).


Un tumulto de injusticia le cansó el pensamiento,
le quebró toda herramienta de trabajo,
le levantó la rabia.
Esa rabia que se arremolina en las manos,
manos sanas y sabias para el trabajo que pide el patrón,
pero temblorosas cuando el sueldo mísero
llega a fin de mes.

Con sueldo de hambre y rabia desatada
partió a la protesta,
al movimiento, a esperar respuestas.
Una noche de lluvia y de frío no bastaba
para detener el anhelo,
la justicia que es justa debe llegar en democracia,
con firmeza,
con entereza.


(Fotografìa de LunaAgua en marcha homenaje en Concepción)



Pero la justicia no es justa en democracia,
y la rabia con la lluvia y el frío creció.
Rodrigo Cisternas,
un obrero con esperanza quebrada,
con un sueldo de hambre,
con un patrón que aunque viva cientos de años,
no alcanzaría a gastar los privilegios materiales,
políticos que guarda en sus bancos.

Rodrigo Cisternas tuvo rabia justa,
frustración legítima,
hambre innecesaria,
arrebato humano de obrero explotado,
coraje de padre...
y tuvieron que acribillarlo para detenerle.

Una manada de bestias policiales,
con armas de tiro y semiautomáticas.
Una manada de animales sin conciencia tuvieron
que detenerle su paso loco,
interrumpirle la rabia enrabiadamente rabiosa,
contenerle la ira y la fuerza,
pararle el corazón.
Tres balazos fueron,
en la cabeza en que está la conciencia,
en el corazón en que está la sed de justicia,
en la pierna que mueve la organización.

Rodrigo,
los estudiantes y trabajadores han salido a la calle,
a gritar tu nombre,
a encender la rabia que dejaste
para que no se apague.
A buscar la justicia que no vemos
pero en la que creíste.
Y entérate,
no te han detenido,
no te han parado,
no te han frenado...
te habrán matado,
pero tu paso loco por buscar dignidad,
sigue.
Con otros,
con otras.
Rodrigo Cisternas,
presente!!!!



(Fotografìa de LunaAgua en marcha homenaje en Concepción)









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Esperando

¿Esperamos?

Tenemos tiempo y nos sobran anhelos.
El tiempo nos sobra amigo,
está en todos lados, en todas partes,
en todos los lugares que hemos cubierto
y cubriremos con nuestro andar cansado y ojeroso.
Tiempo de saltar felices por un juego milagroso de algún caminante,
tiempo de peleas con otros iguales
que no nos aceptan en su paisaje,
tiempo de mirar a los que pasan y a los que se quedan como nosotros.
¿Extraño no?

No son perros y los veo como nosotros,
solos y felices moviendo el rabo
por un gesto compasivo de juego, de atención.
Nos sobran anhelos amigo,
tu lo sabes.

Anhelo por la tibieza de un nombre que nos nombre,
anhelo por acompasar el paso con el que nos ofrece comida,
anhelo por espantar las sombras de quien nos ofrece un rincón,
en su rincón.


¿Seguimos esperando?

Quién sabe.
Quizás ya no sea la piedra buscando nuestro cuero sucio y mustio,
quizás ahora venga el masajeo fuerte y cariñoso en el lomo que nos pesa.
Esperemos compañero.
Esperemos mientras pasa la tarde.
La tarde y el anhelo.